A mis compañeros, espero que os guste el libro.

Creo que es injusto que una empresa trate así a sus empleados, sobre todo una empresa como la mía, con tanto prestigio, o al menos antes lo tenía.

No son formas, no son maneras de tratar a las personas que han entregado parte de sus vidas por el bien de la empresa. 

Tanta gente trabajando, durante tanto tiempo, que nunca hubiésemos imaginando que íbamos a salir tan mal parados, la empresa hasta  está creando malos rollos incluso entre los propios compañeros,  cuando tu has visto salir a otros compañeros, que se han despido voluntariamente o han sido despedido por la propia empresa y se le ha dado otro trato, otro trato más humano, muy superior al que se nos está dando a nosotros, te da que pensar, tu corazoncito se resiente.

Los que han sido despedidos, los que se van, tienen un sentimiento especial que hay saber ver, son muchos años de sus vidas compartidos con el trabajo, los compañeros, los jefes, los clientes y ahora de la noche a la mañana no se puede cortar así sin más, necesitamos un tiempo,  hasta los aviones necesitan pista para frenar y, estamos hablando de una cosa material, que no tiene sentimientos, imaginaros los sentimientos encontrados que podemos tener las personas que nos vamos.

Los que se quedan, también lo sienten, no digo que no, pero ellos siguen con su rutina, su día a día, por eso no es igual, no es lo mismo, la pena es para quién la lleva por dentro, por eso pedimos un poco de compresión y paciencia.

Es injusto que la empresa esté dilatando todo este sufrimiento para todos nosotros, cada uno tiene una versión, cada uno lo ve, lo entiende, de una manera.

Debemos guardar nuestros sentimientos y que no nos afecte, aunque es dificil, o que nos afecte lo menos posible, así que ánimo, arriba, cojamos  nuestra tristeza,  la metemos en una bolsa,  desechable, por supuesto,  la tiramos al mar, vemos como se aleja poco a poco,  vemos como se va distanciando cada vez más esa bolsa, ese bulto, cada vez es más pequeño, hasta que casi  no lo ves, es como un punto diminuto en la lejanía,  no lo distingues, lo pierdes, de esta manera, empiezas a quedarte tranquilo, en paz, lo aceptas y te recuperas, te vas llenando de energía, vas reponiéndote, renovándote y llenándote de fuerza, y lo ves todo de otra manera, como un último escalón, el último empujón, ya nos falta menos¡¡

Por eso, a los compañeros que nos vamos, les digo, la vida no termina en esta empresa, la vida no acaba aquí, la vida se acaba en otro momento y, este no es el caso, así que salgamos de ahí, hay otras cosas, tenemos una vida, hijos, padres, hermanos, pareja, muchísimo más importante.

Cuando algo te estorba, cuando chocas constantemente y protestas todo el día por ello, tienes dos opciones, o lo cambias o lo aceptas, y no te quejas, así que si está en tu mano hacer algo para cambiarlo, lo haces, y no le des más vueltas y, si no puedes hacer nada para cambiarlo, mejor acéptalo cuanto antes.

Os dejo estas frases:

• La preocupación priva a la mente de gran parte de su poder y antes o después acaba dañando el alma.
• No te permitas pensamientos negativos, ni uno solo.
• Deja que el sol te mime  y te caliente el alma.

Mi propósito, mi intención con estas palabras, es hacer que os sintáis un poquito mejor, y  con solo saber que he podido contribuir a ello, saber que os ha venido bien, aunque solo sea a una persona, merece la pena, me doy por satisfecha.

También, os recomiendo el libro: “El Monje que vendió su Ferrari” y aunque el título os pueda parecer, a priori, superficial, nada que ver, es un libro muy bonito que tiene un mensaje muy profundo, es pequeño y de fácil lectura y te llena de una sensación de paz. Es baratito, a mi me costó 7,50€, por si te lo quieres comprar. De todas maneras os dejo el enlace por si lo queréis ver on line.

 http://www.infoagel.com/e-books/El_Monje_que_vendio_su_Ferrari.pdf

 Levantad el ánimo que la vida es muy bonita para perder el tiempo con preocupaciones.